"¡Esto no me gusta!"
Dichosa frase que los niños una y otra vez repiten a la hora de las comidas... Y es que hay determinados alimentos que resultan de entrada complicado que les guste a los niños pero... ¡no des la batalla por perdida!
El niño poco a poco debe introducir nuevos sabores, texturas... y esto obligatoriamente debe pasar por una fase de exposición, lenta pero con determinación. Ten paciencia y no cedas a chantajes ni cambies un plato que no le gusta por otro que sí... es el primer paso para que tu hijo sepa que con ese comportamiento obtendrá de ti todo lo que busca.
Ofrece el nuevo alimento en pequeñas porciones de manera repetida y sigue los trucos y consejos que a continuación te mostramos para conseguir que tus hijos coman esos alimentos que, por regla general, son los que menos gustan: verduras, frutas y pescado.
¿Qué puedo hacer para que coman más verduras?
- Camúflalas. Dales a probar el alimento de manera que no lo reconozcan. Opta por rallar las verduras y verás que las podrás cocinar con casi todo. Si es muy avispado y delicado con los colores opta por verduras neutras como los puerros, calabacín pelado, apio... Todas las verduras que son blancas pasan inadvertidas.
- Quizás no les gustan cocidas pero, ¿y crudas? Dales a probar palitos de zanahoria, pimiento, hojas de lechuga, tomates cherris... recuerda que, además, de esta forma aportan más vitaminas y minerales.
- Acompáñalas con su salsa favorita: de tomate casera, de queso, mayonesa casera, salsa de yogur...
- Las tortillas de verduras son un aliado perfecto para poder introducir las verduras.
- Transfórmalas en puré. Es una solución práctica. Pero sobre todo evita que se acostumbre a esta textura excesivamente.
- Una buena presentación, por favor. Platos con formas divertidas, brochetas... que los vegetales hagan a la vez de recipiente. Por ejemplo, usa el mismo tomate para contener una ensaladilla rusa.
- De vez en cuando fríelas, pero no abuses de los fritos; es una opción menos saludable.
- Añádelas a sus alimentos preferidos. Por ejemplo, si le encanta el queso o la salsa de tomate, añade aquí las verduras.
¿Qué puedo hacer para que coman más fruta?
- Llévalas a la mesa preparada y limpia. Es difícil que sobre fruta cuando está pelada, preparada y en platos con varios colores.
- Realiza preparaciones divertidas: prepara brochetas, batidos, introdúcelas en bizcochos caseros...
Y tú... ¿ya tomas fruta? Predica con el ejemplo: un niño hace lo que ve en casa. Si tú comes fruta, él estará más predispuesto a comerla. - Mézclalas. Combina fruta enlatada con fruta fresca: es una solución para aquellos niños más golosos.
- En las ensaladas de pasta añade manzana, pasas o cualquier otra fruta.
- Fruta seca: es también una solución válida de vez en cuando, siempre que no esté escarchada o con chocolate. Orejones, dátiles, pasas... Son muy saludables y pueden llegar a sustituir a las “gominolas”.
- Prepara ricos zumos. No sirven los zumos comerciales: tienen gran cantidad de azúcar y ninguna vitamina.
- En pasteles caseros. Que la fruta sea un ingrediente más de tus pasteles y bizcochos caseros, tanto dentro como en la cobertura: fresitas, arándanos, plátanos, etc...
- Convénceles de las diferencias de sabor entre frutas; puede ser que no le guste una mandarina pero sí un plátano.
¿Qué puedo hacer para que coman más pescado?
- Cómpralo de buena calidad. Los niños son niños, pero no tontos, notan la diferencia enseguida.
- Por sorprendente que parezca no lo cuezas mucho, queda seco, astilloso y “sabe más a pescado”.
- Rebózalo.
- Añádelo a la salsa que les gusta: de tomate, carbonara, rosa...
- Mézclalo con los ingredientes que les gusten: jamón, queso, pasta, patata...
- Procura cocinarlo limpio, es decir sin espinas, mejor en filetes; la dorada, los lenguados, merluza caballa...
- Haz hamburguesas y albóndigas de pescado.
- Conviértelo en sopa.